martes, 23 de octubre de 2012

¿Cómo se ha hecho Filosofía?

La gente suele considerar los grandes eventos del pasado como situaciones superadas que no tienen ninguna rele- vancia práctica en la actualidad. Esta actitud despreocu- pada frente a la historia es perjudicial, puesto que, al desconocer el pasado, estamos desechando la experien- da de las generaciones que nos han precedido. Es una ingenuidad creer que los problemas de nuestro tiempo son muy distintos a los de épocas previas y, como se podría creer, que la solución a esos problemas tampoco ha cambiado demasiado. En este sentido la situación de la filosofía no es la excepción. ¿Por qué la filosofía estudia su pasado? Nos podríamos preguntar: si las preguntas básicas que trabajaron los filósofos del pasado siguen siendo las mis- mas preguntas de hoy, ¿por qué no se les ha encontrado una solución definitiva? ¿No será porque no pueden ser resueltas? Y si es así, ¿de qué sirve estudiar las filosofías del pasado? Para este asunto existen respuestas claras. En primer lugar, hay que recordar que la filosofía no es un saco de respuestas sino una actividad que se puede practicar de diversas formas. La filosofía se experimenta yeso implica que sólo se comprende cuando se ejercita y se vive ,en carne propia. Para ayudarnos a entender esto, comparemos la filosofía con la natación. Cualquiera sabe que sólo hay un modo de aprender a nadar: nadando. Nadie puede hacerlo por uno y si uno no se echa al agua y por sus propias fuerzas procura flotar y avanzar, no logrará nadar nunca. Algo parecido ocurre con la filosofía. El ejercicio de la filosofía es algo que te compete a ti y a nadie más y en tus manos está el asumir el riesgo. Nadie va a pensar por ti. Ahora, si queremos aprender a nadar y nos lanzamos en la mitad del océano, en medio de un huracán, seguro nos aho- garemos. Muchas personas interesadas en aprender filoso- ña escogen ese tortuoso camino. Toman, por ejemplo, un ro muy importante como la Crítica de la razón pura, del I fo alemán Inmanuel Kant, y se lanzan en ella sin nin- I tipo de preparación. El resultado es evidente. Tras un difícil y estorboso pataleo en las primeras páginas, ogan¡ es decir, desisten de la empresa y renuncian a la filosofía. Los más reconocidos filósofos han sido y seguirán siendo siempre grandes nadadores en las aguas tormentosas del pensamiento. Ellos no empezaron desde cero, tenían maes- tros, leían a otros filósofos y, muy probablemente, comen- zaron no en medio del océano, sino en un charquito. Sólo que no tenían pereza y su pasión por la verdad, el bien o la belleza, los arrastró siempre más allá de sus propios-limites. No tenían miedo, eran arriesgados y valientes, pero alcan- zaron grandes logros gracias a su disciplina, a la práctica y a una gran dosis de paciencia. En la Edad Media, el filósofo San Bernardo decía que para poder ver más lejos, debíamos apoyarnos en los filósofos antiguos, como quien se para en los hombros de gigantes. Asume este libro de filosofía que comienzas a estudiar, como una piscina de entrenamiento debidamente diseña- da para que en ella se simulen fuertes corrientes y tormen- tas. No creas que aquí no hay retos. Pero basta con que sepas aprovechar las enseñanzas de los grandes maestros, para que fortalezcas tus habilidades de pensamiento.

DIFICULTAD DE LA FILOSOFÍA

Hay una razón por la que la filosofía resulta particula te difícil: en ella se formulan preguntas inquietantes las cuales no siempre hay respuestas definitivas. Por la filosofía consiste básicamente en aprender a pensar y en memorizar, ni repetir lo que otros han dicho. La co secuencia de esto es que al poner en obra la reflexión filo- sófica, nos arriesgamos a cuestionar incluso aquellas creencias y opiniones que consideramos más sólidas. En síntesis, para algunos la filosofía parece difícil porque obliga a pensar de un modo poco frecuente, ofreciendo a veces más dudas que respuestas. Hacer filosofía, por tanto, implica someterse a la duda profunda reconocien- do la propia ignorancia. El filósofo británico Bertrand Russell decía que algunas ideas filosóficas pueden ser fáciles de enunciar, pero que es difícil llegar a ellas con seguridad y comprender plena- mente lo que significan. Lo cierto es que no se puede entender una respuesta si antes no se ha comprendido bien la pregunta. Por ello, es perfectamente inútil estudiar el listado de res- puestas que ofrece la filosofía si antes no hemos medita- do las preguntas que la motivan. Otra notable razón de la dificultad de la filosofía se deri- va de la peculiaridad de su lenguaje. La filosofía no se ocupa de objetos corrientes; de ahí que su lenguaje no sea el lenguaje común. Los conceptos filosóficos encierran su propia especificidad y su propio rigor, ambos necesarios para la exposición teórica de sus indagaciones. Al igual que las ciencias y los saberes particulares, la filosofía exige la apropiación de sus nociones y categorías, las cuales por lo general suponen un considerable grado de abstracción y de generalización. ¿Qué alcance tiene la filosofía? Otra de las dificultades que enfrentan los que se aproxi- man por primera vez a la filosofía es que esperan dema- siado de ella. Sin embargo, como cualquier creación humana, la filosofía tiene limitaciones. No podemos pedir- les a los médicos que nos hagan vivir eternamente. Así, a la filosofía no se le pueden pedir verdades absolutas.

¿QUÉ ES FILOSOFÍA?

La filosofía es esencialmente una actividad. Como tal requie- e tiempo para su ejercicio y sólo mediante su práctica con- a podemos mejorar nuestro desempeño filosófico. Pero, qué clase de actividad hablamos? Podríamos dar varias uestas, todas ellas correctas. Veamos algunas. La filosofía es una actividad productiva. La actividad filo- sófica no sólo da lugar a escritos intelectualmente estimu- lantes, sino que también produce efectos positivos en nuestras formas de concebir y de vivir la vida; permite mejorar nuestra capacidad de pensar la realidad de un modo más profundo y ayuda a perfeccionar el manejo de nuestros conceptos. Así, de la misma forma que un carpintero o que un plome- ro necesita de una caja de herramientas para su trabajo que consiste, por ejemplo, en hacer sillas o reparar tuberías, el filósofo también dispone de las suyas para escribir ensayos y reparar conceptos. En las unidades 2 y 3 conocerás esas herramientas. Sin embargo, no debemos juzgar la filosofía únicamente por sus resultados. También es de enorme importancia la manera como se hace filosofía, ya que, generalmente, del procedimiento utilizado depende la calidad del resultado y para la adecuada solución de distintos problemas se requiere poner en práctica diversos procedimientos. La filo- sofía también se debe entender como una actividad crea- dora. Así, si queremos aprender a filosofar es importante que seamos creativos y que estimulemos la imaginación. La filosofía es una actividad práctica. Muchos de los anti- guos griegos concebían la filosofía como una forma de vida. Pero, aún hoy, es concebida por muchos de esa manera. En este sentido, filosofar es desarrollar, con ayuda del pensamiento, costumbres o hábitos que nos ayuden a serfelices. Es decir, la sabiduría que busca la filosofía es para la vida, es una sabiduría práctica. • La filosofía es una actividad teórica. Los filósofos no sólo se han puesto como meta lograr la felicidad, el bien o la belleza. También buscan la verdad. Por esto, según otra definición de los antiguos griegos, la filosofía es la búsque- da desinteresada de la verdad. En este sentido son muchos los caminos que los filósofos han seguido para alcanzarla. El ánimo filosófico también está presente en la investiga- ción científica, sólo que su práctica no siempre está some- tida a la búsqueda de algo necesario o útil. La filosofía también es cuestión de pasión. Pasión por el conocimiento mismo que, cuando es asumido plenamen- te, se convierte en algo sublime y digno de admirar. Muchos filósofos han renunciado a privilegios y bienes por disfrutar del privilegio de dedicarse a pensar. La filosofía tiene la característica de ponerse por encima de los detalles y poder alcanzar una mirada general. El que filosofa contempla el universo y la vida con la misma fas- cinación con la que puede observarse la inmensidad del mar, una montaña distante o una ciudad desde las altu- ras. Elevarse por encima de los detalles para comprender mejor es adoptar una actitud teórica. Teoría es una pala- bra griega, que significa contemplación.

EL PAPEL DEL TRABAJO EN LA TRANSFORMACIÓN DEL MONO EN HOMBRE. POR FRIEDRICH ENGELS

El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en economía política. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza proveedora de los materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda vida humana. Y lo es en tal grado que hasta cierto puma debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre. Hace muchos centenares de afios , en una época aún no establecida definitivamente, de aquel período del desarrollo de la tierra que los geólogos lla- man terciario, probablemente afines de este período, vivía en algún lugar de la zona tropical una raza de mo- nos antropomorfos extraordinariamente desarrollada. Es de suponer que, como consecuencia directa de su género de vida, por el que las manos, al trepar tenían que desempeñar funciones distintas a las de los pies, estos monos se fueron acostumbrando a prescindir de ellas al caminar por el suelo y empezaron a adoptar más y más una posición erecta. Fue el paso decisivo para el tránsito del mono al hombre. [ ... ] y puesto que la posición erecta había de ser para nuestros peludos antepasados prime- ro una norma, y luego una necesidad, de aquí se despren- de que por aquel entonces las manos tenían que ejecutar funciones cada vez más variadas. Durante la trepa, como habíamos señalado antes, son utilizadas de distinta manera que los pies. Las manos sirven funda- mentalmente para recoger y sostener alimentos, ciertos monos se ayudan con ellas para construir nidos en los árboles; y algunos, como el chimpancé, llegan a cons- truir tejadillos entre las ramas, para defenderse de las inclemencias del tiempo. La mano les sirve para empu- ñar garrotes, con los que se defienden de sus enemigos o para bombardear a éstos con frutos y piedras. Cuando se encuentran en cautiverio, realizan con las manos varias operaciones sencillas, que copian de los hombres. Pero aquí es precisamente donde se ve cuán grand.e es la distancia que separa la mano primitiva de los monos, de la mano del hombre. [ ... ] Las funciones para las que nuestros antepasados fueron adaptando poco a poco sus manos durante los muchos miles de años que dura el período de transformación del mono al hombre, sólo pudieron ser en un principio funciones sumamente sencillas. [ ... } Antes de que el primer cuchillo de sílex hubiese sido convertido en cuchillo por la mano del hombre, debió haber pasado un período de tiempo tan largo, que en comparación con él, el período histórico conocido por nosotros resulta insignificante. Pero se había dado ya el paso decisivo: la mano era libre y podía adquirir ahora cada vez más destreza y habilidad [ ... ]